Desde 2012, el movimiento cívico Espanya i Catalans ha organizado en Barcelona, junto a otras asociaciones como Regeneración Democrática, las celebraciones de la Fiesta Nacional de España el 12-O y el refrendo de la Constitución por todos los españoles el 6-D. Cada año que pasa somos más conscientes de la dimensión histórica del hecho que se produjo el 6 de diciembre de 1978, cuando la abrumadora mayoría de los españoles decidimos superar ancestrales antagonismos e iniciar un período de convivencia pacífica donde se conjugaban las palabras libertad, concordia y prosperidad. Espanya i Catalans y el resto de asociaciones que promueven la celebración no tienen ninguna duda de que estamos ante la efeméride más importante del año, una cita que para los españoles tiene la misma importancia que para los estadounidenses el 4 de julio.
Este año vamos a celebrar el XXXIX aniversario de la Constitución Española después de dos años en los que algunos partidos políticos (ERC, CDC-PDE-Cat y CUP) y algunas asociaciones (ANC, Òmnium y AMI) en Cataluña protagonizaron lo que el el Rey Felipe VI calificó de “inaceptable intento de secesión” hace pocas semanas.
El golpe a nuestro ordenamiento constitucional ha sido parado momentáneamente pero no la amenaza que representan los partidos y las asociaciones secesionistas. La destitución del gobierno de la Generalitat no les ha llevado a renunciar a su plan de constituir una república independiente sino que pretenden intentarlo de nuevo, si logran articular una mayoría parlamentaria tras las elecciones del 21 de diciembre. La victoria electoral de ERC mantendría la inestabilidad política y la inseguridad jurídica y el deterioro cada vez más evidente de la economía catalana que ha perdido en el mes que ha transcurrido desde que se celebró el referéndum, el 1-O más de 2.000 sociedades, incluidas la principales entidades financieras y empresas no financieras con sede en Cataluña.
La vigencia de la Constitución de 1978 es nuestra garantía de que los planes de los secesionistas, de acusado cariz totalitario, xenófobo y antiigualitario, no llegarán a consumarse y podremos seguir ejercitando nuestros derechos fundamentales y beneficiándonos del progreso económico de Cataluña formando parte de España y de la UE. Por eso, este 6-D todos los constitucionalistas debemos salir a la calle para reivindicar nuestro marco de convivencia frente a las amenazas provinientes tanto del movimiento nacional-secesionista catalán como del federalismo asimétrico que pretende aumentar las desigualdades entre españoles con la coartada de una reforma federal.
Con la Constitución
Por la libertad, la concordia y la prosperidad