Hace diez años que el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras (Barcelona, 1943) participó en El Taxidermista de la Plaza Real de Barcelona en la cena fundacional de Ciudadanos. Ese día se puso el germen de un partido que, como explica en esta entrevista, nació primero como un toque de atención al socialismo catalán para que dejara de actuar como valedor del nacionalismo catalán. En estos diez años ha visto crecer al partido, desde la sombra pero siempre ahí, hasta la victoria del 21-D. Esa noche no podía ocultar su euforia a las puertas del Hotel Plaza de Barcelona, frente al escenario preparado para celebrar la fiesta naranja. Una alegría que no oculta el desconcierto por la resistencia del voto independentista.

Pregunta.- ¿Qué balance hace de esta década desde el nacimiento de C's en positivo y en negativo? Son diez años en los que C's se ha convertido en primera fuerza pero el nacionalismo que querían combatir ha alcanzado la mayoría en el Parlament.

Respuesta.- No veo la parte negativa. El origen del independentismo no se produce por el nacimiento de C's sino al revés. C's nació para hacer ver al PSC que estaba en una vía que llevaba a que ganaran siempre los nacionalistas. La llevaba desde hacía 20 años, pero eso se aceleró al pactar un gobierno con ERC con el objetivo principal de aprobar un nuevo Estatut. Con ERC se pueden pactar cosas, como con cualquier partido, pero pactar un Estatut con un partido que quiere la independencia -y Esquerra nunca lo ha ocultado- era una locura. Lo que pensábamos es que C's serviría para que el PSC cambiara de actitud en eso. Hasta el 21-D no ha cambiado, al contrario. Aunque han ido saliendo miembros importantes del PSC por ser más nacionalistas, el PSC ha seguido siendo un partido fundamental de apoyo al nacionalismo, también en los últimos cinco años, cuando el nacionalismo ha dicho sin disimulo que quería la independencia. C's lo que ha hecho es absorber el voto del PSC y buena parte del voto del PP que ha visto que su partido en Cataluña no tenía futuro, e incluso ha absorbido desde el principio a sectores que votaban a Convergencia como partido moderado y que se han pasado a C's. Es un éxito del partido que cambia el sistema de partidos en Cataluña, ya lo cambió en 2015, a pesar de haber sido demonizado por toda la prensa catalana.

P.- ¿Qué responsabilidad tienen los sucesivos gobiernos españoles en el proceso independentista?

R.- La responsabilidad básica es de ERC, la antigua Convergencia y la CUP. Ellos son los principales responsables, pero es cierto que el Gobierno, entre los años 2010 y 2012, no supo valorar la situación en Cataluña y el Gobierno de Rajoy, a partir de 2012, no hace ningún esfuerzo por convencer a los catalanes de que estar en España, y por tanto en Europa, es un gran beneficio, de que tienen una autonomía muy alta y lo que conviene es que el Govern también participe en las decisiones del Gobierno a través del Congreso. El Gobierno no es responsable pero su política sobre el procés no ha sido la adecuada.

El 155 se ha aplicado tarde y ha sido un error disolver el Parlament para convocar elecciones inmediatas"

P.- ¿La aplicación del 155 debería haberse alargado?

R.- El 155 se tendría que haber aplicado antes, como muy tarde el 8 de septiembre, después de que el Parlament se declaró fuera de la Constitución. Y no un 155 convocando elecciones, sino un 155 que recuperara el marco constitucional en Cataluña y sin definir la fecha de las elecciones, en función de la reacción de los partidos. Pero hacerlo tarde y a la vez convocar elecciones ha sido un error.

P.- ¿Aplicarlo durante más tiempo tenía el riesgo de dar más munición al independentismo?

R.- El Gobierno ha hecho una interpretación súper extensiva del 155, pero teniendo en cuenta que estaba haciendo frente a un golpe de estado era una interpretación proporcionada. No lo ha aplicado mal, dejando de lado la convocatoria de elecciones lo ha aplicado de forma inteligente. Otra cosa es la vía penal, pero no depende del Ejecutivo, depende de los jueces. Hay procesos que están justificadísimos, otra cosa es si es rebelión o sedición, probablemente no hay rebelión y sí sedición, y por supuesto incumplimiento de la ley, desobediencia y otros delitos de tipo menor. Los autos tanto de la Audiencia Nacional como del Tribunal Supremo son piezas impecables.

P.- ¿La prisión incondicional para Junqueras, Forn y los Jordis está justificada?

R.- Los jueces tienen aquí un margen de discrecionalidad que puede ser discutible, pero los autos, si se leen, se ve un razonamiento que conduce a esto. Los jueces no hacen política, aplican la ley de igual forma a todo el mundo. Se puede discutir, los juristas nos dedicamos a discutir decisiones judiciales, pero son autos fundamentados. No diría nunca que son decisiones políticas, me consta que al Gobierno no le gustó que no se pusiera en libertad a Junqueras y el resto de los imputados cuando se excarceló a una parte.

Nadie puede entender que alguien que está haciendo daño a Cataluña se proclame como el gran defensor de Cataluña"

P.- Vistos los resultados del 21-D y la división que reflejan, ¿Cataluña es una sociedad enferma?

R.- Cataluña en su totalidad no, ni mucho menos. Pero no deja de ser sorprendente, incluso incomprensible desde la racionalidad, que haya pruebas de los costes de una Cataluña independiente -tendrá que salir de la UE y provocará una crisis económica brutal- y por tanto de que Cataluña se perjudique a sí misma por unos que votan diciendo que defienden a Cataluña. Nadie puede entender, visto desde fuera, que alguien que está haciendo daño a Cataluña se proclame gran defensor de Cataluña. Con esta contradicción no sé si se puede hablar de enfermedad, pero no se entiende.

P.- ¿Tabarnia es una broma o es el símbolo de algo más profundo?

R.- Tabarnia es la división en Cataluña. Las zonas urbanas, sobre todo la conurbación de Barcelona y la costa de Tarragona, están por seguir en España. No deja de ser sintomático. En el fondo, son cuatro millones frente a tres. Sirve para poner de relieve las contradicciones del independentismo y la imposibilidad de la independencia, pero no tiene ninguna viabilidad.

Tabarnia es la división de Cataluña. Pone de relieve las contradicciones del independentismo y la imposibilidad de la independencia"

P.- Muchos catalanes constitucionalistas ven con preocupación el crecimiento del independentismo y temen que en una década ese 47% de independentistas se convierta en el 80%.

R.- Es una opinión, tiene posibilidades de ser así. Pero las cifras también tendrían que hacer reflexionar a los independentistas, porque nunca han sido mayoría en ninguna elección. No sé qué puede pasar en diez años, el independentismo puede crecer pero también reducirse. En estas elecciones yo tenía la esperanza de que un 10 o un 15% de independentistas al ver que el Govern de la Generalitat les había engañado con la economía, la pertenencia a Europa o el uso de la historia al menos se abstendrían, pero no ha sido así. Eso es sorprendente y pone de manifiesto que cuando uno toma decisiones no con la cabeza sino con el corazón corre serio riesgo de arrepentirse. Pensemos en el Brexit, que es una ruptura mucho menos importante, y los sondeos actuales ya dan un 60% de británicos partidarios de seguir perteneciendo a Europa.

P.- ¿Por qué esta reflexión que se ha producido en Gran Bretaña no ha llegado en Cataluña?

R.- Es posible que haya influido la explicación falsa, pero aceptada mayoritariamente, de lo que pasó el 1-O y la actuación policial, y los encarcelamientos posteriores han reforzado al independentismo.