Cataluña

José Rosiñol: "Si vuelve la república de ocho segundos, saldremos de nuevo a la calle"

ENTREVISTA

José Rosiñol, presidente de Societat Civil Catalana ANTONIO MORENO

Sería mejor decir que Societat Civil Catalana (SCC)ha recuperado al primer presidente que tuvo, de forma provisional, cuando se fundó, en 2014. El empresario José Rosiñol (Ripollet, Barcelona, 1970) lidera una organización que ya es reclamada en toda España. De hecho, entre sus primeros actos este año está recoger el premio Convivencia de la Fundación Manuel Broseta -en Valencia, el próximo día 15-. Una prueba de la evolución de SCC en cuatro años.

¿Cómo cambió SCC?
Hemos evolucionado hacia los objetivos que buscábamos: visibilizar y movilizar a esa gran parte de la población silenciada. Es cierto que hemos tardado casi cuatro años pero creo que demostramos que existe una mayoría social de catalanes en contra de la ruptura y de estos aventurerismos del Govern.
¿Qué significaron para SCC las tres marchas masivas de octubre?
Fueron tres hitos que constataron que existe esa mayoría de catalanes que se sienten catalanes, españoles y europeos sin complejo. Siempre digo que ser catalán es mi forma de ser español y ser español es mi forma de ser europeo, una visión inclusiva. Creemos que la inclusividad forma parte de un síntoma de salud democrática y por eso combatimos posiciones excluyentes, como si no se pudiese ser catalán y español.
Esa mayoría silenciada...
Se despertó por hartazgo, como me dijeron asistentes al primer acto de octubre. Hemos ayudado a romper esta espiral del silencio, esta imposición de un pensamiento único, y a poner encima de la mesa que en democracia se puede discutir y dialogar todo siempre y dentro de los cauces legales. También se despertó por la incertidumbre: era tan grande que gente que no le interesa la política y está centrada en su vida personal o en su profesión al final vio que nos íbamos a un precipicio donde las consecuencias económicas y sociales podían ser muy graves. Creo que estos dos conceptos, hartazgo e incertidumbre, provocaron que esa gran masa de población se manifestase en Barcelona con una bandera española, catalana o europea. Hemos ayudado a mostrar que Cataluña es mucho más plural de lo que el separatismo reconoce o le gustaría.
¿Cree que las elecciones de diciembre han dejado el mapa parlamentario como estaba?
Queda más complejo todavía, pero es fruto del escenario perverso que nos dejó el procés, con ex consellers encarcelados por sus actuaciones claramente ilegales o con un ex presidente haciendo performances constantes en Bruselas. El escenario es mucho más complejo, no se acerca a ese objetivo de que se visualice la realidad de la pluralidad catalana por el sesgo mayoritario del sistema electoral catalán pero creo que nos hemos acercado. Y se ha demostrado una vez más que desde el 9 de noviembre de 2014 hay una mayoría de catalanes que no están a favor de procesos de ruptura ni de separación ni de aventuras de este tipo.
¿Se puede dirigir Cataluña desde la distancia, como parece desear Carles Puigdemont y el JxCat?
Por responsabilidad política las personas que han huido de la Justicia de forma vergonzante tendrían que volver y asumir sus responsabilidades como cualquier ciudadano acusado de delitos. Establecer un escenario con un ex presidente que quiere ser presidente desde su supuesto exilio es una broma de mal gusto y una falta de realismo. Al final los políticos separatistas viven esa realidad alternativa que han creado y lo que tiene que hacer el Govern desde ya es empezar a reconstruir social y económicamente Cataluña porque las consecuencias están siendo muy graves.
¿Qué le parecen propuestas como la creación de Tabarnia?
Todo lo que sean propuestas democráticas y legales las estudiamos. Pero no creemos que tenga mucho recorrido más allá de poner al nacionalismo ante el espejo con sus propias argumentaciones. En Cataluña hay muchos no independentistas que viven en Gerona, en Lérida o al sur de Tarragona. Por eso, hemos de pensar más en la ciudadanía que en proyectos que son más provocativos.
¿Qué preparan para este 2018?
Tenemos un plan estratégico para los primeros seis meses de 2018, pues existe la opción de unas elecciones anticipadas por las dificultades para conformar gobierno y eso condicionará nuestra agenda. Pero haremos actos en Lérida, Tarragona y Gerona para visualizar esta mayoría social contraria al separatismo. Serán actos de alto nivel político e intelectual para debatir temas concretos, igual que hicimos en Barcelona sobre la posverdad con Manuel Valls. Preparamos un aniversario de nuestra fundación en abril con un gran acto en una ubicación simbólica y con una presencia importante de representación política a nivel nacional e internacional, siempre encaminado a nuestros objetivos de seny, convivencia y reconciliación. También pediremos entrevistas con el futuro presidente de la Generalitat y con representantes de los grupos parlamentarios que se formen.
¿Y contra actos separatistas?
Vamos a estar muy vigilantes con que no se vuelvan a conculcar los derechos y libertades de los catalanes. Si vuelve a pasar un 6 y 7 de septiembre, una declaración unilateral de independencia o una república de ocho segundos, convocaremos movilización en la calle. No queremos tensionar más la sociedad, apostamos por un escenario de convivencia y progreso, de tranquilidad, pero pasa porque las instituciones cumplan con principios básicos de representación o neutralidad. Si no es así, combatiremos desde un punto de vista democrático en las calles por los derechos y las libertades.
¿Hay catalanes de segunda?
Nos quejamos de la utilización de instrumentos públicos como los medios de comunicación que hacen un seguimiento, como un publirreportaje, de una manifestación independentista mientras se dedican a torpedear las nuestras. Pero quedó claro con las manifestaciones que nosotros no toleraremos ser catalanes de segunda. Cualquiera que no sea separatista no es un catalán de segunda, es un catalán igual que cualquier otro con los mismos derechos y libertades.