Opinión

El ángulo ciego

Cuando un colaborador de la televisión pública catalana llama puta a Inés Arrimadas es fácil, pero equívoco, deducir que estamos ante un insulto machista.

  • En realidad, se trata de la expresión machista de un odio que no es machista, sino étnico.
  • De Arrimadas no molesta el género, sino su resuelta españolidad.
  • Si se tratara de un único caso, lo que acabo de decir parecería discutible. Intentemos, pues, establecer un patrón.

Se recordará que, no hace mucho, a la líder de Ciudadanos ya se le deseó una violación múltiple.

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